Basado en un hecho Real....
Comenzaron los preparativos, con tanta emoción estaba llevando a cabo todo, la ilusión coronando un sueño real, ser la anfitriona representaba largas horas de elaboración, no quería que se escapara ningún detalle, deseaba que todos quedaran contentos y la casa regocijada. Se celebraba los ochenta años de mi suegra y era yo la persona confiada, además quería que ella se sintiera feliz....Como una reina y...Creo que lo fue.
Llega el día esperado y preparando ya los últimos detalles, a media mañana me dirigí a la iglesia a decorar, la misa de acción de gracias era a las 6 de la tarde y tenía que dejarlo todo listo. Ya el día anterior había hablado con el padre Alcides, un simpático sacerdote peruano, con el cual siempre obtuve su colaboración, la cercanía de la amistad
hacía del apoyo algo seguro, por el cual su contribución fue muy amena y cómoda para mí. Eso sí, me dijo ese día, que recogiera las llaves de la iglesia a las 10 de la mañana, después de la misa y que al lado derecho del altar había una puertita donde se dirigía a un cuarto deposito, en el cual iba a encontrar jarrones, ánforas y cualquier otros tipos de envases para los arreglos florales...Pero me anticipó, que me diera cuenta bien de los envases, que muchos estaban ya rasgado por el uso y los años;.Que no se me ocurriera echarle agua, ya que mojaría el altar.¡No fuera hacer un desastre!...Vaya, me sonreí, y le dije; Pero quédese tranquilo, que no regare la iglesia.
Me fui sola a la iglesia, en verdad no necesitaba ayuda, el trabajo floral lo dominaba;Mis cualidades de floristería es parte de mi vida, por lo tanto no demandaba refuerzo, baje todo de la camioneta...¡Parecía una vendedora floreciente! Entre a la iglesia y me situé arreglar todo, pero en la medida que iba trabajando me faltaban dos jarrones...Entonces entré al cuartico del depósito en búsqueda de dos envases, lógicamente recordé las palabras del padre Alcides...Ya de hecho tenía oasis (esponja floral) humedecida, para no mojar el piso. Aquello parecía un almacén de trastos viejos, uno más anticuado que el otro, pero me llamo la atención las ánforas, pues era de arte Toledano..;.No vacile en agarrarlas, pero ya de hecho, quería salir de ese lugar, el olor añejo y la poca luz, no me estaba gustando...Ahí empecé a sentir un efecto medio extraño, ya no me sentía igual, salí rápido de ese sitio....Y me fui al altar.
Estando ya frente al retablo, coloco las ánforas en las escalinatas del altar, las medio limpie... ¡Algo me estaba pasando y no sabía que era!...Bueno, busco los oasis para introducirlo en la boca del envase.¡Cual será mi sorpresa! Una de las ánforas ya tenia agua...¡Me quedé fría... Totalmente erizada, no lo podía creer y una pequeña figura ondeaba en el agua, era insólito aquel momento, lo estaba viviendo sola, no terminaba mi asombro. Muchos sentimientos encontrados en aquel bendito altar, que a la vez me llenaba de tanto pasmo. Como pude terminé los arreglos y salí rápido, necesitaba comentar lo sucedido, aun sabiendo que para muchos no iba ser, nada creíble...¡Pero yo lo viví y moje mis manos!
CONTINUA...
SOL.
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