
De albor se viste mi quimera,
para rendir al paisaje su hermosura....
La tarde se hace postrera
en sus infinitos hilos de ternura.
Colmado en un crepúsculo armonioso,
se divierte la tarde en sus luces...
Afinados anaranjados piadosos....
aventurando el fuego de sus matices
Se arroja la fresca tarde tan llena…
con su abanico de tintes y colores.
Y arrullando a sus horas serena,
La caricia suave de sus vapores.,
Y recién llega la noche,
tapando aquellos tules mágicos.
Y de nuevo la luna, con su luz de broche,
como el finito pasador fantástico.
SOL.
.
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