Se cuenta que en esos día había desaparecido Julián….No hubo lugar donde no fuera buscado, sin embargo, la verdad estaba presente, la ausencia de Julián cada día se hacia cada vez más temible. Nadie daba con su cuerpo y aquellos habitantes de aquel poblado entre hazañas y aventuras fueron lidiando con el tiempo…Semanas y semanas, todo parecía que la tierra se lo hubiera tragado.
Con el pasar de un largo lapso, llega la triste noticia de que un cuerpo fue hallado en las montañas, donde permaneció por mucho tiempo , ya maloliente sin piernas ni brazos…Solo aquella cara indicaba que era Julián.
Nadie quería verlo…Tanto como si el miedo cubría el momento y los invadía de sobresalto el terrible hallazgo. Aquel hombre fue llevado a la morgue, para su arreglo y posteriormente al velatorio.
La noticia de la muerte de Julián se convirtió de gran ficción, que todos asistieron al velorio…Para darle su último adiós.
Aquel ataúd estaba cerrado…Se cuenta que el salón tenia su fetidez, aquellas velas se apagaban incesantemente y una perene corriente hacia levantar las cortinas de aquel salón. Un frio excesivo cubría los rostros de quienes acompañaba al difunto….Cuando de repente se produce una voz burlona desde la puerta de la casa de Julián...
¡Pero que pasa aquí!...Aquel hombre a todos los miraba .…Y los asistentes del sepelio, que era casi que todo el poblado ¡callado!...Si poder pronunciar nada…Nadie hablaba… Todos quedaron sin soplo ni hálito. El se volvió hacia el ataúd y lo abrió…¿Y quien es el?...Nadie quería contestar….Pero hubo una risita maligna…Eres tú... Julián!
Nadie se podía imaginar que aquel hombre no era un espanto, y que el hombre del ataúd no era Julián sino un parecido. Todos corrieron hasta el mismo Julián impresionado de ese fatal hallazgo.
SOL.
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