Puedo escuchar los arpegio del viento
y sentir los acorde del ensueño
Y luces de luciérnagas alumbrando el momento.
La tarde se hizo oscura en velo
y sin premura un vuelo de luciérnaga
la belleza de tu flor que nunca se apaga
y el tañer de flauta atrayendo el señuelo.
La mirada atrapada bajo el farol de belleza
ver la excelsa dualidad, mujer y flor...
Y las embrujadas luciérnagas con su brillo de pureza.
Se me hizo todo un marco de resplandor
entre fragancia y la exquisita naturaleza
Divinas luciérnagas flotando en su fulgor.
SOL.
Marisol Pérez.
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